He terminado mi cigarrillo y mi café, he lavado los platos, he hecho la casa, todo parece estar en orden, pero mi cabeza se enloquece, se refugia, se asila, se esconde, descubre caminos, se orienta hacia otras latitudes, anhela, desea, sueña, ríe, imagina, canta, baila, rompe en gritos; creo que un día, cansada de hacer tantas cosas, va a perder la cordura.
Esta cabeza mía no tiene remedio, además de controlar mi motricidad, controla mis instintos, mis deseos, mis pensamientos y yo, cual chiquillo inocente e inexperto, me dejo llevar sin oposición. ¿Hasta dónde habrás de llevarme? ¿Qué me quieres recordar hoy? Ya te dije que quiero luchar contra los recuerdos, pero no me das alternativas. Me persigues cual ladrón a su víctima hasta encontrarla indefensa y poder efectuar su ataque. Dejaré que hagas lo que te plazca, al fin de cuentas ¿Quién soy yo para impedírtelo? Entonces, dame tregua, déjame terminar mis labores y te daré lo que me pides. Deja que me siente nuevamente para aislarme de mi mundo y adentrarme en el tuyo.
Deseo que este viaje por el lado oscuro resulte ser un viaje hacia la parte mas luminosa de tu ser.
ResponderEliminarSuerte!
Mientras mas se camina, mas se vive... no le tengas miedo a la vereda, solo respira con amor el aire k te ofrecen los nuevos caminos.
ResponderEliminarMi cabeza me controla.
ResponderEliminarLlego hasta tu lado oculto, en busca de respuestas y me encuentro con la exquisita locura de un cuerdo.
ResponderEliminarTe acompaño en este viaje entre tu cordura y mi locura.
Y cuando estemos cansados nos resguardaremos en las alcobas del silencio.
Mi besos agradecidos